domingo, 16 de febrero de 2020

Ausencia

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Nada estimula mis sentidos -nada que oler, oír o ver- en esta mañana de domingo. Pero mi mente necesita fijar su atención en algo, y no sé cómo mantenerla ocupada, a pesar de que hay varias decenas de trabajos de mis alumnos que debería estar corrigiendo. "Ahí tienes la solución", diría alguien sensato que estuviera escuchando mis pensamientos... Pero mi mente insiste en pedirme alimento de otra clase, del que no es obligatorio, del que llena el cuerpo de bienestar momentáneo -como lo dulce y lo salado- aunque luego te inunde de culpa.
Bueno... Quizás este escuchar mis pensamientos, un momentito sólo, le haya dado a mi mente la calma que necesita para ponerse a trabajar en lo que hoy es nuestra obligación.